Una mujer de mundo

Esta novela corta de la escritora inglesa Vernon Lee está entre lo mejor de sus páginas de ficción, incluidas las dedicadas a la fantasía y lo sobrenatural por las que llegó a ser una autora muy reconocida. La trama, en la que todo rezuma ese mundo estético y artístico en el que vivió la propia Lee, describe con maestría y de forma ambiental el periplo de una joven, la señorita Flodden, a ojos de un extraño personaje, un atildado especialista en cerámicas cuya voz es muy identificable con la de la propia autora . Este, deslumbrado por ella, la anima a llevar una vida dedicada a su pasión por lo que ama, sin ataduras ni convenciones. Desde ese planteamiento Lee escribió este pionero y soberbio relato sobre el aprendizaje, el privilegio del arte, el amor, el desclasamiento y contra la frivolidad, los corsés sociales y cualquier tipo de claudicación femenina.



Alrededor de estos dibujos de mujeres frívolas se han reunido algunos de los pensamientos menos frívolos, sabe Dios, que jamás me hayan pasado por la cabeza; o más bien, tales pensamientos se han condensado y tomado cuerpo en estas historias. En cuanto a nosotros, gente privilegiada, con una vida holgada y cultura para ser capaces de disfrute artístico, nos resulta todavía más natural considerar el arte una especie de juego: un juego en el que nos recreamos tras la fatiga de algún otro. VERNON LEE



Al leer los estudios de psicología femenina de Lee se sentía no sé qué deleite. Era como hojear un figurín de modas intelectuales de fines de siglo Las descripciones eran cuadros impresionistas franceses Y a lo largo de todo el volumen resonaba una nota de reprobación y de lamento por unas existencias frívolas que malgastaban sus nobles cualidades Todo esto tenía una fecha: 1892. Mario Praz