Sacrificio
Como decía el viejo facultativo William Carlos Williams en el prólogo a Howl, el poderoso e incalificable primer aullido de Allen Ginsberg: 'A arremangarse las polleras, señoras, que vamos a entrar en el infierno'. Porque de eso se trata, nada menos. En este segundo movimiento de la saga, otra vez, desasosegados como en la ...