Sub Luce Maligna. Antología de textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales.

Sub Luce Maligna. Antología de textos de la antigua Roma sobre criaturas y hechos sobrenaturales

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  • EAN: 9788412155167
  • ISBN: 978-84-121551-6-7
  • Editorial: Contraseña
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 368

  • Materias
  • Clásicos y precursores
Disponible en 48/72 horas

22,00 € 20,90 €

Esta antología de textos, pertenecientes a todos los géneros y épocas de la literatura latina, ofrece una compilación de pasajes relativos al oscuro y abigarrado catálogo de personajes y fenómenos sobrenaturales (espectros, casas encantadas, licántropos o muertos vivientes, entre otros) que poblaban los temores y las fantasías de la Roma de la Antigüedad, un asunto poco frecuentado por los manuales históricos al uso, más dados a reflejar una imagen augusta y estereotipada de aquella civilización. En el libro se dan cita casi todos los grandes autores de las letras latinas, como Virgilio, Horacio, Séneca, Ovidio o Cicerón, pero también otros menos conocidos, como Floro o Valerio Máximo. La antología incluye, además, una pequeña selección de textos anónimos en soporte epigráfico cultos unos, populares otros , entre los que cabe destacar una serie de maldiciones y hechizos amorosos, que sorprenderán seguro a buena parte de los lectores.
Y, como Dante, en esta pequeña aventura literaria de ultratumba también tendremos a Virgilio como guía. Al comienzo del libro sexto de la Eneida, el héroe troyano y su compañera, la sibila, se disponen a cruzar las puertas del infierno; y, en tal trance, el poeta quiso explicar a sus lectores que estaban accediendo a un mundo cuya atmósfera teñía sutilmente el paisaje de colores extraños y en el que la realidad no significaba lo mismo que en el nuestro (al fin y al cabo, estaban franqueando los umbrales entre la vida y la muerte). Y, para evocar aquella experiencia liminar, Virgilio recurrió a una expresión ardua y algo chocante en latín, pues los describió caminando bajo una luz malvada y misteriosa (sub luce maligna) que anticipaba la del fantasmal enclave en el que estaban a punto de adentrarse. No podíamos haber elegido mejor divisa ni más propicio compañero para emprender con bien nuestra partida.