Señor Wilder y yo, El.

Señor Wilder y yo, El

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  • EAN: 9788433981097
  • ISBN: 978-84-339-8109-7
  • Editorial: Anagrama
  • Encuadernación: Rústica
  • Páginas: 280

  • Materias
  • Afines y otros
Disponible en 48/72 horas

19,90 € 18,90 €

Una novela nostálgica, dulce, culta y encantadora, atemporal, con la que vuelve un Jonathan Coe cargado de sensibilidad y o?cio.

A sus cincuenta y siete, la carrera como compositora de bandas sonoras de Calista Frangopoulou, griega afincada en Londres desde hace décadas, no pasa por su mejor momento. Tampoco lo hace su vida familiar: su hija Ariane se va a estudiar a Australia, sin que aparentemente eso la entristezca del mismo modo que entristece a su madre, y su otra hija adolescente, Fran, está pendiente de interrumpir un embarazo indeseado. Mientras su profesión la arrincona y sus hijas, decididas o titubeantes, empiezan a abrirse paso por sí solas, Calista recuerda el momento en el que todo empezó para ella; julio de 1976, cuando en Los Ángeles, y ostensiblemente poco arreglada para la ocasión, se presenta con su amiga Gill en una cena que celebra un antiguo amigo del padre de esta: un director de cine setentón del que ninguna de las dos sabe nada, y que resulta ser Billy Wilder; Wilder, que, con su esquiva bonhomía, termina contratando a Calista como intérprete para que la asista en la filmación de su nueva película, Fedora, que se rodará en Grecia el año siguiente.

Y así, en la isla de Lefkada, el verano de 1977, Calista Frangopoulou empieza a abrirse paso por sí sola como más tarde harán sus hijas: y descubre el mundo, y el amor, y, de la mano de uno de sus grandes genios, una particular forma de entender el cine que está empezando a desaparecer. Eso es lo que se lleva ahora. No has hecho una película seria a no ser que los espectadores salgan del cine sintiendo que les apetece suicidarse. (...) Les tienes que dar algo más, algo un poco más elegante, un poco más bonito , dice, primero sardónico y luego tierno, un Billy Wilder excelentemente caracterizado en las páginas de este libro; y más adelante añade: Lubitsch vivió la gran guerra de Europa (me refiero a la primera), y cuando ya has pasado por algo como eso lo has interiorizado, ¿entiendes lo que quiero decir? La tragedia pasa a formar parte de ti. Está ahí, no tienes que gritarla a los cuatro vientos y salpicar la pantalla con ese horror todo el tiempo.

Atenta a las enseñanzas del maestro, El señor Wilder y yo apuesta por una amabilidad cargada de contenido, capaz también de abordar con la mayor sobriedad el drama: las incertidumbres de la juventud, pero también las de la edad adulta; las fragilidades de la familia, sus fortalezas; el trauma privado y colectivo del Holocausto... todos comparecen en esta novela nostálgica, dulce, atemporal y encantadora, con la que vuelve un Jonathan Coe cargado de sensibilidad y oficio.