Para parar las aguas del olvido

Paco Ignacio Taibo I se propuso ganarle una jugada al paso del tiempo. En este libro, convoca la audacia y los temores de su infancia en Oviedo, en los años de una guerra que hizo temblar a su país pero que no consiguió derrumbar su casa; reúne a los amigos y parientes que lo salvaron de la soledad; invoca la rabia de la adolescencia y el placer de leer a los grandes rusos y a los poetas españoles durante la juventud; recuerda el eterno conflicto con un dios que niega pero al que de vez en cuando dirige algunas palabras; vuelve a escuchar campanas que sonaron decenios atrás y a saborear platillos que estuvieron inexplicablemente prohibidos por años; ve cabalgar a los héroes del salvaje oeste, libres ante una sala de cine donde ciertos espectadores se ponían de pie para aplaudir a Franco; y pone su lenguaje y su prosa precisos -insuficientes cuando no se pudo ir más lejos, pero obstinados y rehechos cada vez que fue posible- al servicio de una historia que va más allá de la Historia, de la autobiografía o de los libros de memorias, y que sólo sabe solazarse en la memoria: el único recurso de un hombre contra la erosión de los años, el armamento lícito en la batalla para impedir que se pierda lo vivido, el argumento y el sonido certeros de la palabra, que sirve Para parar las aguas del olvido.