Lorena y el inventor de palabras

Una isla en el Mediterráneo pero que no encontrarás en ningún mapa: solo en el que incluye esta novela. Una chica, Lorena, cuyo cadáver aparece en el mar y alguien que la busca, Max Seal, pero que a la vez tiene uno de los oficios más singulares del mundo: inventar palabras. Estos son los elementos centrales de este libro que es a la vez un canto al hedonismo, a la amistad y un alegato en contra de la barbarie humana en los lugares paradisíacos. El mar, la navegación, el sexo y una intriga para resolver en una novela negra que es de todo menos convencional. Déjate seducir por Brafia y sus gentes y por Sebastià Marí, un debutante que parece un maestro en el oficio.
Una novela profundamente original en su acercamiento a los cánones de la literatura criminal. Pero no nos dejemos engañar: incluso bajo esa luz dorada y amable de los puertos mediterráneos reptan también la codicia, la corrupción y la maldad.


La gran originalidad de la novela reside, sin duda, en la figura del investigador, lejos de los cánones del género.


Lo que el autor nos ofrece aquí es un plato de cocción lenta y suave, casi confitada.