Laberinto

La vida puede darte la espalda en una fracción de segundo. Ángel, un reputado fotógrafo, sufrió hace unos meses un trágico accidente por culpa de un desamor. Los médicos pudieron salvarle la vida, pero no le salvaron la vista. Ángel se está quedando progresivamente ciego. Hoy no es capaz de salir de la depresión, consume los días entre botellas de alcohol y el recuerdo de la mujer por la que lo perdió todo, mientras espera que sus ojos decidan apagarse definitivamente. Hasta que una chispa de voluntad, quizá la última, le empuja a volar miles de kilómetros para ir a buscarla.
Pero Ángel se pierde.

En las postrimerías de la Guerra Civil nació en la aldea de Laberinto un niño maldito. Sus vecinos y su familia decidieron deshacerse de él para aplacar la ira de un dios vengativo. Fue abandonado y dado por muerto en lo más profundo del bosque, pero el sacrificio no fue suficiente y la maldición continuó. Hoy Laberinto es un pueblo sin vida, guardián de terribles secretos y una leyenda negra.
No deberías entrar ahí.