Manual de perdedores
Etchenaik soltó todo, giró con el arma levantada. Algo había cambiado y de pronto supo qué era. Estiró la mano izquierda y de un manotazo hizo volar la colcha del sofá. No eran almohadones. La chica llevaba puesto un slip negro y una tira que le tapaba la boca. Tenía los ojos demasiado abiertos ...

