Pelirrojas no se arrojan al vacío, Las
Garrido no tiene escrúpulos. Hizo que se los extirparan cuando decidió ser paparazzi. Acude al velatorio de un empresario de medio pelo para ver si caza algo que vender y es testigo de una escena que nunca debió haber visto: la viuda del difunto una pelirroja voluptuosa dejándose querer por un desconocido. Dispara su ...