Bajo el árbol de Toraya

Un cineasta que ya ha pasado el ecuador de su carrera pierde a su mejor amigo y reflexiona sobre el lugar que la muerte ocupa en nuestras vidas, sobre el dolor que nos causa la pérdida de las personas queridas y sobre el amor y las promesas de la vida.
En las montañas de la isla indonesia de Sulawesi viven los toraya, conocidos sobre todo por sus rituales funerarios animistas, que reúnen a toda la comunidad y se prolongan durante días. Cuando un bebé muere, por ejemplo, los toraya depositan su cuerpo en el interior del tronco de un árbol centenario que, con el paso del tiempo, lo envuelve y se nutre de él. A medida que crece, el árbol acompaña al niño hacia el cielo. Este ritual, de un simbolismo poderosamente espiritual, causa un profundo impacto en el narrador, que, al regresar de su viaje a Indonesia, se entera de que su mejor amigo y productor, Eugéne, padece un cácer terminal. Las reflexiones que siguen, a la manera del árbol de la muerte de los toraya, han de guiar y acompañar al amigo, un enamorado de las palabras, en el tránsito hacia la muerte.

Con una escritura sencilla, intimista y poética, que fluye con luminosidad prodigiosa, Philippe Claudel (autor de obras de gran repercusión, como Almas grises y la nieta del señor Linh ) nos regala una afilada meditación sobre los estrechos lazos que unen la vida y la muerte. El narrador se asoma al abismo de la pérdida y se encuentra cara a cara con la intensidad del amor, ese enigma insondable que nos ata a la vida. Bajo el árbol de toroya es un viaje interior lleno de esperanza, que logra capturar las voces y los instantes perdidos e invita al lector a aceptar la belleza que encierra nuestra efímera existencia.