Aserradero lúgubre, El

Los huérfanos Baudelaire todo lo que tienen de ricos lo tienen de desgraciados. Estas son sus aventuras. El autor no te recomienda leerlas, porque esta no es una historia bonita, pero es una historia divertida, con el humor más especial que has leído en mucho tiempo y, aunque no deberíamos decírtelo, tiene un final feliz.

Tras sobrevivir a las aventuras más catastróficas que se hubiesen podido imaginar, los desdichados hermanos Baudelaire se ven obligados a trabajar en un aserradero en Myseryville, donde no encontrarán más que calamidades y desventuras acechando tras cada tablón. Las páginas de este libro contienen cosas tan desagradables como una gigantesca máquina de desbastar, un estofado asqueroso, un hombre con una nube de humo en el lugar en el que debería estar su cabeza, un hipnotizador y, cómo no, un terrible accidente.